Presentación del libro «¿Quién dijo que todo está perdido?» de Don Manuel Martín García, Defensor de la Ciudadanía de Granada, en el Centro Pastoral P. Arrupe – Plaza de San Ignacio, 2 – Málaga. 30 de noviembre de 2018 a las 20:00 horas
Presentación del autor: Doña Laura Guillén Ramón, ssj, Licenciada en Historia y en Educación Social, comprometida con mujeres en exclusión.
Manuel Martín García, Licenciado en Antropología Social y Cultural, Diplomado en Trabajo Social, Magíster Universitario (Máster en Gerencia de Servicios Sociales) por la Universidad Complutense de Madrid, Diplomado en Estudios Avanzados y Experto en Políticas Sociales y Desarrollo Humano, autor de numerosos artículos de interés social.
Es una persona muy inquieta, vitalista y sé que su gran sueño es que llegue el día que sea realidad que otro mundo es posible por eso no duda en escribir, en dar las conferencias que sean necesarias, para explicar el buen trabajo, y hacer del trabajador social, siempre todo muy relacionado con los derechos Humanos, dio clases en la Universidad, él va fuera donde se le reclame, escribe artículos en el periódico, publica libros: sobre el Alzheimer, vejez y refranes…sobre su pueblo..
Tiene la medalla de oro de la profesión del Trabajo social y premio de honor por su trayectoria profesional…pero creo que esto quien esté interesado lo ve muy bien en internet, yo quiero resaltar hoy la persona de Manuel, creo que es importante conocer quién es la persona que está detrás de esas palabras, quien escribe. Desde que lo conozco vi en él su gran humanidad, su sensibilidad por detectar los problemas y buscar soluciones, su compromiso con los más débiles, su optimismo, su valentía, su manera de ver las cosas y la vida, siempre sabe ver lo bueno de cada persona y esto no siempre es fácil, también su sinceridad. Manuel, ocupa hoy un puesto precioso, es el defensor del ciudadano de Granada desde el 2012, y creo que lo hace de manera brillante, su despacho siempre está abierto para recibir al que llega, para oírlo, para acogerlo, tienen una capacidad enorme, pero os diré que no solo se queda en el despacho escuchando quejas de los granadinos, no, escucha, oye y se pone en movimiento. Enseguida coge el teléfono, ve al que tiene que ver sea el que sea, y no solo eso, sino que se acerca donde este la queja… (Comprobar el ruido…) cada queja es un regalo…creo realmente que está en el sitio que tiene que estar. Es una persona muy respetada por todos los partidos políticos, cuando se presento en Granada el 11 de diciembre, allí había representación de todos, y no creáis que le dora la píldora, le dice a cada uno lo que le tiene que decir según las quejas de los vecinos.
Porque digo que es un lujo presentar este libro, es un libro que se lee muy bien, sencillo como es el autor y profundo…es un libro que recomiendo que leías. No os voy a decir mucho de él porque mejor que lo cuente él, si os diré lo que yo he visto. “¿quién dijo que todo está perdido.
Yo he recibido unas invitaciones al leerlo:
– pensar sobre realidades que nos preocupan, sobre acontecimientos que cada día podemos vivir. El autor expresa lo que vive: caminar, luchar, tener esperanza y cambiar las cosas, los sueños se pueden hacer realidad si tenemos el coraje de perseguirlos.
– me invita a no perder la capacidad de saber mirar cada día con una mirada limpia: el paro la corrupción, tolerancia cero, pasando hambre, nadie es dueño de nadie, la desunión es el tiempo de dar la mano, ni chachas ni criadas…, excluidos de la afectividad, cuando lo justo es injusto… la valentía.
Cada tema que trata, quiere darnos pistas para intentar salir de ahí, para no quedarnos parados, que nuestro espíritu crítico crezca y no perdamos la sensibilidad frente a los males que nos rodean, que nos comprometamos… y sobre todo para vivir con esperanza – me invita a vivir de manera consciente y liberada en lugar de vivir de forma automática a recuperar la sensibilidad y sobre todo que no perdamos la capacidad de indignarnos ante la injusticia. Existen dificultades, muchas, lo sabemos, aunque siempre nos quedará la esperanza como el deseo de transformar esa realidad, capaz de devolver a tantos hombres y mujeres su auténtico rostro, su dignidad. Que tengamos claro que es posible mirar de otra manera, sentir, pensar y actuar; y decir con nuestros gestos, hechos y palabras que no todo está perdido.
Y como no podía ser de otra manera todo el beneficio del libro va para un proyecto social…