Es posible que sólo lo haga cuando le duelen. Sin embargo, los pies son la parte de nuestro cuerpo que más trabaja y que sufre el desgaste de soportar todo nuestro peso. Pie plano, cavo, callos, juanetes o pie de atleta son algunos de los trastornos más frecuentes del pie.
Gran parte de estos problemas están causados por el calzado, y muchos de ellos pueden prevenirse.
Además de mantener el cuerpo en posición bípeda, los pies realizan otras funciones como la de amortiguación y bombeo para el correcto retorno venoso de la sangre. «Absorben las vibraciones que se producen en cada paso, al mismo tiempo que facilitan la irrigación sanguínea»
Esto hace que sean elementos fundamentales de los sistemas locomotor y cardiovascular del cuerpo. Toda la atención que les podamos dar es poca, y más si tenemos en cuenta que su gran capacidad de adaptación hace que padezcan en silencio y que sus posibles afecciones no se manifiesten hasta que ya están en una edad avanzada.
Los podólogos solemos comparar los pies con los cimientos de los edificios, ya que sustentan todo el cuerpo y cualquier alteración en el pie puede afectar a columna, cadera, rodillas y articulaciones, que son imprescindibles para hacer una vida normal
No debemos olvidar que los zapatos llegan, en algunos momentos, a ejercer presiones sobre puntos del pie totalmente antinaturales.