Me gustaría que recordaras, cuanto te dije con la brisa
del atardecer, con el sol que nos alumbra, y con esas nubes
llenas de melancolía, instaladas en nuestro cielo azul, paliando
las tristezas con ánimo de sentirse liberadas…
Te lo dije con la lluvia, con el valor, el miedo, la alegría, la
pena y la tristeza, pero no es suficiente, por ello te lo
seguiré diciendo desde el olvido.
Deja que fluya la paz y la esperanza, y teje con hilos de
seda, tus sueños anhelados.
Despréndete de los malos recuerdos, cámbialos por un
subsidio de alegría, y trata de buscar la sonrisa en la
sinceridad.
Evita a toda costa, ser arrastrada por la soledad no
deseada.