¿Qué guardas con tanta pasión en tu jardín privado, para
ser visitado cada atardecer, en el preciso momento en que
el sol decide ocultarse tras la vieja colina, que da la
la impresión, de lamer el cielo azul, pletórico de de
ser contemplado?.
Serán los lirios con su blancura nacarada, o las rosas
aterciopeladas, las que te invocan para que tomes asiento
por unos instantes, en ese ajado banco cien veces pintado
de color esperanza.
¿O tal vez, sientas la llamada de tus queridas azucenas,
cuando entablan conversación con su entrañable amigo
el jazmín, quien tan solo desea perfumar el ambiente,
para retenerte allí el mayor tiempo posible, a la espera
de tu deseada historia de amor, la cual le dará color a
tu vida?.
