En estos últimos tiempos, me considero roca azotada
en su acantilado,por la fuerza irresistible del mar bravío.
Permanezco impávido y estático a pesar de romper y
dividir las magestuosas olas.
La mirada, la mantengo centrada siempre en la misma
dirección.
Aquí permaneceré hasta que la erosión del líquido
elemento, en justa unión de los agentes atmosféricos
desgasten mi existencia.
A pesar de permanecer cautivo de la quietud, mi
pensamiento, no cesa en su empeño de volar, con
el afán de penetrar en ese mar de aventura.
De cuando en cuando, suelo verter unas lágrimas al
escuchar una voz que dice: ¡Búscame entre las olas
cuando se duerma el sol!!.