Las hojas de la begonia son ligeramente suculentas, de forma redondeada y acorazonada, y de hasta unos 10 cm; y las flores son unisexuales.
Nombre científico: Begonia cucullata
Familia: Bergoniáceas
Junto al huerto de frutales se ha acondicionado la zona para plantas de flor: un jardín para los sentidos. Ahora es el turno de las begonias, de las que se han sembrado cientos de ellas, con flores blancas, rojas y rosadas. Se trata de una herbácea perenne originaria de Brasil y norte de Argentina, que florece durante un largo período a partir de primavera.
El nombre honra a Michel Bégon, un gobernador de Haití cuando era colonia francesa. Cucullus es una palabra latina que significa capucha, por lo que el nombre de la especie quiere decir ‘encapuchada’, debido probablemente al aspecto que adquiere el pétalo superior, con una ligera caída.
Las hojas de la begonia son ligeramente suculentas, de forma redondeada y acorazonada, y de hasta unos 10 cm. Las flores son unisexuales, aunque en la misma inflorescencia las hay femeninas y masculinas; su fruto es una cápsula alada. Requiere un riego regular, pero no excesivo; el encharcamiento conseguirá que se pudra, por lo que no es mala idea dejar que la tierra se seque un poco entre riego y riego.
Es bastante sensible al frio, no soporta bien las temperaturas bajo cero. Las especies antiguas originales debían ser situadas a la sombra, pero algunas de las producidas actualmente aguantan perfectamente al sol.
En medicina popular era utilizada como diurético, antiescorbútico y antisifilítico entre otras cosas. Es una planta muy cultivada como ornamental, por lo que se han derivado de ella muchas variedades e híbridos (a muchos de ellos se les está llamando Begonia serperflorens, aunque realmente este nombre es un sinónimo de B. cucullata).