Arrebátame el beso de anoche, y déjame solo con la
mentira y el dolor…
Quiero que sepas, que mi calle, está roja de amor y
turbia de besos…
Tibia de luna, y deslumbradora de estrellas. Te quiero,
pero no deseo ser corazón de candela, se que
tu amor, intenta enredarse en mi cuerpo.
No llego a entender, el motivo que te indujo a venir,
pues mi alma estaba serena, y mi corazón acostumbrado
a la pena.
¡Ojalá la vida no permita que perdamos nunca
el romanticismo, a pesar de saber que las rosas
tienen espinas!!