Con los datos de la producción de petróleo de septiembre ya publicados, tenemos información suficiente para afirmar que estamos ante un nuevo escenario con consecuencias impredecibles. Pero falta tan sólo una semana escasa, hasta el 4 de noviembre, para que entren en vigor las sanciones a Irán. En ese momento sabremos el alcance de las sanciones y la capacidad de producción de petróleo por parte de los países productores.
Atendiendo a los datos de septiembre publicados por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), comprobamos que los 100 millones de barriles al día (mb/d) de producción mundial no se alcanzaron en agosto sino en julio, según los últimos cálculos, con 100,34 mb/d, siendo la producción de septiembre ligeramente menor, 100,3 mb/d.
Esta producción satisface con creces la demanda actual según la última estimación de la AIE de 100,2 mb/d. Y prueba de ello está el aumento de los inventarios de Estados Unidos desde mediados de septiembre, y el descenso del precio del barril en el último mes.
Prácticamente, también podemos despedirnos del acuerdo de la OPEP+10, puesto que en septiembre casi todos los países que han podido, ya superaron el nivel de referencia, salvo Arabia Saudí, al que le faltaban 20.000 b/d, y Gabón, que bajó su producción en 10.000 b/d. Dado que Arabia Saudí ha confirmado que está produciendo 10,7 mb/d, se puede afirmar que todos los países están produciendo sin ningún tipo de limitación. Desde abril, la producción de la OPEP+10 ha aumentado en 1,62 mb/d, con pérdidas de 400.000 b/d, lo que hace un balance neto de 1,22 mb/d, 462.000 b/d por encima del pacto.
Entre algunos datos positivos destacables, se puede comentar la producción récord de Rusia, que produjo 11,74 mb/d en septiembre.
La recuperación de Nigeria y Libia.
Y la detención, al menos durante los últimos tres meses, de la caída de producción de Angola.
Por el contrario, Venezuela y México siguen perdiendo producción.
A lo que habría que añadir Catar, que se confirma su incapacidad para elevar la producción. Nada qué extrañar cuando se observa la serie anual con pérdidas continuadas de producción.
Y otra gran sorpresa ha sido la de Kuwait, puesto que no sólo no ha sido capaz de alcanzar el nivel previo de referencia, sino que su producción ha descendido en septiembre. Kuwait es un país que se podía considerar como seguro, capaz de elevar su producción, puesto que el registro histórico no ha mostrado signos de debilidad, pero con los últimos datos de producción conviene trasladarlo a la categoría de los dudosos, para un seguimiento con mayor atención.
Irán, por supuesto, sigue perdiendo producción aunque aún no han entrado en vigor las sanciones de Estados Unidos. Desde junio lleva perdidos 380.000 b/d.
Sobre la saturación de los oleoductos de la Cuenca Pérmica, que tienen una capacidad de 3,6 mb/d, se había previsto que este acontecimiento ocurriría entre septiembre y octubre. Sin embargo, según las estimaciones de la Administración de Información de la Energía (Estados Unidos), tal nivel de producción parece que no se alcanzará hasta diciembre. Además, se están adecuando algunos ductos para aliviar este cuello de botella, como el Sunrise, que permitirá transportar 350.000 b/d.
En conclusión, con la eliminación de los recortes de la OPEP+10, con algunos países elevando su producción a máximos históricos, y con la industria del shale oil de Estados Unidos con todavía capacidad de aumento, nos encontramos en un escenario no previsto, en el que algunos países están demostrando una gran capacidad de producción de petróleo, capaz de compensar incluso las pérdidas de Irán. No será hasta el 4 de noviembre cuando sepamos el alcance de las sanciones (Irán exporta más de 2,5 mb/d) y si habrá represalias por ello, puesto que otros países productores están cubriendo el vacío dejado por el país persa. Las autoridades iraníes ya anunciaron su intención de cortar el Estrecho de Ormuz e impedir el tránsito de petroleros hacia el resto del mundo. Mientras que sus aliados yemeníes podrían hacer lo propio por el otro lado, en el estrecho de Bab el Mandeb. Afortunadamente, no han vuelto a sonar los tambores de guerra, ya que se está aplicando mecanismos financieros para eludir las sanciones.
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