La arquitectura de lujo es, como su nombre indica, un servicio que no todas las personas pueden permitirse. A la hora de construir y planificar ya sea nuestro hogar como un negocio o edificio, es importante conocer todas las opciones y ser conscientes en la inversión que vamos a realizar para maximizar los resultados y estar satisfechos con el espacio.
Evidentemente, la arquitectura que mejor se adapta a las necesidades de los clientes es la llamada arquitectura de lujo.
La arquitectura de lujo y su evolución
A principios de siglo, la arquitectura de lujo se basaba en el principio “cuanto más mejor”, utilizando materiales nobles en las construcciones como son el mármol, el oro o la plata y recargando los ambientes para así conseguir un efecto barroco. Además, los espacios pretendían ser amplios, cuanto más mejor.
Es cierto que los acabados no eran siempre los adecuados y que primaba el espacio y la ostentación a la calidad en muchas construcciones o proyectos arquitectónicos.
En la actualidad, la situación de la arquitectura de lujo no puede ser más opuesta. De hecho la tradición arquitectónica occidental avanza hacia otra dirección tanto a nivel estético como de estructura. De hecho, la arquitectura de lujo avanza hacia un modelo orgánico, moderno y funcional, donde los espacios cada vez son más pequeños pero se aprovecha el espacio a través de diseños más trabajados y originales.
Los clientes de la arquitectura de lujo buscan cada uno su propio modelo, buscando casas o espacios que satisfagan sus necesidades en concreto. Le dan más importancia al aprovechamiento del espacio y buscan materiales ecológicos o más simples como la madera, el caucho o el ladrillo.
Parece que las tendencias en la arquitectura de lujo seguirán yendo por el mismo camino, ya que cada vez más la especialización y adaptación del espacio a un modelo más sostenible, ecológico y personalizado hacen que aquellos clientes que pueden permitirse un proyecto propio decidan contratar a un arquitecto de estas características.
