36 jóvenes de perfiles diversos participaron activamente en el taller “Jóvenes y crisis climática”, convirtiendo retos socio-ambientales derivados del cambio climático en Málaga en oportunidades de empleo y emprendimiento verde para la transformación económica de la provincia, de acorde con las recientes recomendaciones de la ONU.
La exitosa jornada fue organizada el martes por la Delegación de Medio Ambiente y Promoción del Territorio de Diputación de Málaga a través del programa “Málaga Viva”, en colaboración con la Universidad de Málaga y The Climate Reality Project.
Estudiantes de una multitud de carreras de la Universidad de Málaga, pero también profesores, doctorandos y doctores, así como investigadoras internacionales y profesionales independientes varios, tomaron parte este martes en la jornada-taller con un objetivo triple: conocer en profundidad la situación actual en torno a la grave crisis climática global, determinar sus impactos en la provincia de Málaga, y analizar las oportunidades laborales y de regeneración económica que se desprenden, en aras de labrarse sus propios devenires profesionales como agentes de cambio.
La preocupación por este gran desafío así como la necesidad de dotarse de herramientas y estrategias para la acción, fueron los grandes motivos que atrajeron a las participantes; en un momento de máxima atención internacional marcado por la publicación del revelador informe especial “Calentamiento Global de 1,5°C” por el IPCC de las Naciones Unidas.
Entre los retos ambientales directos identificados destacaron a nivel de impactos (adaptación) las olas de calor, la escasez de agua o la degradación y pérdida de fertilidad de suelos; y de causas (mitigación) el uso excesivo del vehículo privado, el turismo masivo o la agricultura industrial.
Un análisis de las consecuencias sociales de los mismos llevó a conectar con diversos fenómenos de desigualdades socio-económicas, de particular incidencia sobre la resiliencia y capacidad de adaptación de las poblaciones más vulnerables en la provincia; así como a entender las retroalimentaciones de todo sistema complejo.
Conocidos los problemas, se estudiaron “sectores verdes” en movilidad como Bla Bla Car, en agricultura como los mercados de Guadalhorce Ecológico, o en turismo como algunos eco-hoteles; extrayendo sus factores de éxito.
Igualmente se procedió con los sectores más contaminantes, como los cruceros de gran capacidad en turismo, los fertilizantes químicos en agricultura, o las cementeras en la construcción; determinando sus aspectos de mejora más notables para la reducción de sus emisiones, en línea siempre con el cero neto previo a 2040-55 marcado por la ONU, y la drástica disminución del uso de combustibles fósiles que ello supone (a la mitad sobre 2010 para 2030).
Por último, la parte clave de la metodología permitió deducir las competencias profesionales y habilidades interpersonales a desarrollar por los participantes a fin de posicionarse como activos del cambio necesario, poniéndose en relieve la importancia y transversalidad del liderazgo individual y colectivo, dinamización y diálogo multi-agente, y trabajo en equipos multidisciplinares.
El viaje continua el 23 de octubre con el “III Encuentro Málaga Viva, una provincia contra el cambio climático», así como con futuras actividades en la misma línea que el emergente ecosistema de innovación social por el clima malagueño está preparando.