La primera sentencia por un caso de «bebés robados» conocida este lunes supone un golpe «agridulce» para la denunciante, que piensa recurrir el fallo.
El tribunal ha reconocido que el único acusado, el doctor Eduardo Vela, fue el autor de los delitos, pero le ha absuelto porque los crímenes ya habían prescrito cuando fueron denunciados.
Vela, un ginecólogo de 85 años, estaba acusado de los delitos de falsificación de documento oficial, detención ilegal de un menor y suposición de un parto mientras trabajaba en 1969 la Clínica San Ramón de Madrid, ya cerrada.
Él negó haber cometido los delitos durante el juicio y la fiscalía pedía 11 años de prisión.
«Las magistradas consideran al acusado autor de los tres delitos por los que se sentó en el banquillo tras quedar probado de forma incontestable en el juicio», dice la nota de prensa que ha emitido el tribunal.
Las juezas recuerdan que la demandante, Inés Madrigal, cumplió la mayoría de edad el 4 de junio de 1987 y el plazo de prescripción del delito más grave que se le imputaba al acusado, el de detención ilegal, es de 10 años, así que había prescrito cuando se presentó la denuncia en 2012.
«No estamos de acuerdo, obviamente», ha dicho Madrigal a los medios tras recoger la sentencia. «No hemos leído la sentencia con detenimiento, pero es un gran paso», añadió a continuación.
La defensa de Madrigal ha asegurado que recurrirán el fallo al Tribunal Supremo al considerar que la prescripción no puede actuar cuando la víctima no es consciente de que se está cometiendo un delito.
HECHOS PROBADOS
La nota dice que queda «meridianamente probado» que el doctor Vela certificó con su puño y letra que Inés Pérez Pérez dio a luz en su presencia el 4 de junio de 1969 a una niña, «lo que jamás tuvo lugar«, y que esa niña fue entregada sin consentimiento al matrimonio formado por Inés Pérez Pérez y Pablo Madrigal Revilla.
El tribunal dice que gracias a «estas maniobras la recién nacida pudo ser inscrita en el Registro Civil como su hija biológica, los magistrados le absuelven al considerar prescritos los delitos».
La demandante del caso fue ese bebé ya adulto de nombre Inés Madrigal que con 49 años demandó al doctor Vela.
Madrigal, a quien su madre le dijo cuando tenía 18 años que era adoptada, comenzó a sospechar sobre su pasado tras leer hace ocho años un artículo sobre bebés robados, dijo a Reuters Televisión.
«Se me pusieron todos los vellos como escarpias, los pelos de punta, la carne de gallina y decidí comenzar a pedir documentación», aseguró.
Los miembros de asociaciones de afectados dicen que centenares de casos similares no han podido llegar a juicio en España por falta de pruebas o porque habían prescrito.
MADRID (Reuters)