Lo primordial para los padres es mantener intacta la sonrisa de su hijo, y para poder lograrlo es vital tener una buena salud dental. Para que el niño goce de una buena salud bucal, es preciso que el cuidado y la higiene en los dientes empiece desde una edad temprana. Eso hará que el pequeño cree los hábitos correctos que aseguren dientes sanos durante su crecimiento. Una adecuada higiene bucal asegura que los dientes de leche del niño no lleguen a sufrir caries ni enfermedades dentales.
La prevención es el primer paso para una buena salud bucal
Tener los dientes sanos es importante para la salud general de un niño. Para eso la prevención es un factor muy importante. Los especialistas de la clínica dental Comuelle3, situada en Málaga, recomiendan «la edad de 6 años para la primera visita al ortodoncista, con el fin de solucionar problemas en la formación de los huesos maxilar y mandíbula y así prevenir problemas de salud dental futuros en el niño».
¿Cómo se educa al pequeño para su higiene dental?
El objetivo de cualquier padre o madre es crear hábitos sanos para que la salud dental del niño se fortalezca desde temprana edad. Para lograr esta meta es importante empezar con unas costumbres sencillas que harán que el inicio de este proceso no sea difícil. Entre los hábitos recomendados para iniciar una higiene dental óptima se encuentran:
- Comenzar con el uso de una porción pequeña de pasta dental con flúor aproximadamente a los dos años de edad. Es probable que el especialista pueda recomendarlo antes.
- Disminuir el consumo de alimentos con alto nivel de azúcar.
- Concertar las visitas al ortodoncista de forma periódica.
- Fomentar unos hábitos alimenticios saludables que al niño que le ayudarán a mantener sus dientes con el calcio suficiente para que estén sanos y fuertes.
¿Cómo debe ser el cepillado de los dientes en el niño?
Un hábito saludable en el niño es que el cepillado se realice dos veces al día. Resulta conveniente que la rutina del cepillado se realice antes de dormir y después de la primera comida del día, en este caso el desayuno. Es importante que los padres enseñen al niño a cepillarse los dientes como si estuviera jugando, especialmente a tan temprana edad como dos años. Los dientes del niño ya han salido, de modo que con la supervisión del adulto, comenzando con una pequeña cantidad de pasta dental con flúor, el pequeño puede ir haciéndose al hábito.
Cabe destacar que al principio, el adulto debe explicar lo importante que es cepillarse los dientes. Por supuesto, la explicación debe ser de forma sencilla. De esta manera, el niño lo podrá entender y lo hará con gusto. Es primordial que a una edad temprana la rutina se haga como un juego, porque de esta forma el hábito del cepillado dental para el niño será divertido a la par que va desarrollando una adecuada higiene bucal.
El correcto cepillado para un niño se realiza cuando el padre o la madre le enseña al pequeño que es importante que limpie bien los dientes por todas sus caras, ya que las bacterias son muy activas y pueden formar caries en los dientes si no se mantiene una correcta higiene por medio del cepillado.
Es vital que el niño no sienta que la rutina de higiene dental es un castigo y es necesario lograr que sea parte de una actividad divertida antes de ir a dormir. Así esta metodología ayudará que la primera visita al dentista para ver el estado de sus dientes no sea traumática y la disfrute.
Finalmente, el cuidado dental es un hábito que se aprende a temprana edad con la debida orientación de los padres, es algo que perdura toda la vida. Unos dientes y encías con el correcto cuidado le ayudan al niño a tener una buena salud bucal y a fortalecer su bienestar integral.
Cuando no hay una correcta higiene bucal, la salud dental se ve afectada, así aparecen los problemas como caries, infecciones u otras enfermedades. Cuando esto sucede, las consecuencias resultan negativas, como debilidades en la nutrición, atrasos en el desarrollo del lenguaje, dolores, y hasta llega a afectar la autoestima por no tener unos dientes saludables.