Regresó la luz, toda vez que se disipó la densa niebla que
había atrapado el verde de la tarde otoñal.
Tan solo algún que otro grito de las urracas, hacían
presagiar una noche tan oscura, que incluso en ella
podía perderse hasta la mirada.
Más tarde, la sombra se tornó resplandor, y en canción
los enormes nubarrones bien cargados de agua.
Diluvió,soles, luces y sombras, mientras tu decidías
perderte en mis sueños.
¡Los ángeles rara vez, llegan a conocer las miserias
de los humanos!!.