En determinados momentos, es grato contemplar, como
se escapa el tiempo por entre las pestañas de la noche.
Es conveniente resignarse, si al contemplar las manos,
están vacías de tanto dispensar caricias.
Ya, apenas queda música, para componer melodías
dirigidas al atrevido e intrépido futuro.
En ocasiones, nuestros ojos no nos sirven para poder
contemplar algunos gestos enmascarados, ni para
divisar caminos que se pierden en el horizonte.
¡En estos últimos tiempos, la tierra se transforma en
cemento gris, al soportar tantas voces calladas, y las
sonrisas revestidas de máscaras de carnaval !!.