Claves para afrontar la vuelta al cole en familia

Como cada año, el mes de septiembre, además del final de verano, trae consigo la vuelta al colegio para los más pequeños de la casa tras unas largas vacaciones de casi tres meses. Los niños y adolescentes han vivido experiencias de verano muy diferentes; algunos han pasado el tiempo en el pueblo con los familiares, otros han estado de campamento, otros incluso han ido de viaje, etc.
Sin embargo, el psicólogo de niños y adolescentes en Málaga indica que todos ellos tendrán que pasar por la misma transición que afectará tanto a su ajuste como al de su familia durante el próximo año. Para muchos niños y adolescentes, la vuelta al colegio será tranquila, ya que sus expectativas de éxito son elevadas y además ansían encontrarse con sus amigos y compañeros de clase. Para otros, desafortunadamente este paso será más duro, incluso podrán experimentar ansiedad, dolor por la separación de los padres y miedo a un posible fracaso escolar y social.
Según el psicólogo infantil en Málaga, la vuelta al colegio afecta no sólo a los niños, sino también a sus familias. Las rutinas familiares cambian y muchos padres tienen que compaginar la productividad en sus trabajos mientras se mantienen expectantes, pero a menudo con ansiedad, sobre cómo les va a sus hijos. Cuando esta transición no se produce tan fácilmente, los padres pueden sentirse desmoralizados, frustrados y/o enfadados. 
La psicóloga en Málaga especialista María José Polo, colaboradora del Gabinete Psicólogos Málaga PsicoAbreu considera que el comienzo del año escolar ofrece a los padres y madres una oportunidad inmejorable para facilitar un ajuste inmediato de sus hijos y para ayudarles a adquirir patrones de afrontamiento que durarán toda la vida.

¿Cómo pueden los padres ayudar a sus hijos en la vuelta al colegio?

1. Mantener una comunicación fluida. La herramienta más importante para ayudar a los niños a manejar su estrés es la comunicación. Mantener un canal abierto de comunicación entre padres e hijos es clave. Los niños deben sentirse libres para hablar de sus esperanzas y decepciones, sus éxitos y fracasos, sus alegrías y sus miedos, con la seguridad de que sus padres pueden manejar esa información y responderles sin ansiedad ni reproches hacia ellos. Esta comunicación fluida debe convertirse en algo cotidiano y frecuente para que establezca un patrón que se mantenga el tiempo.
2. Adecuarse a la edad. La forma en la que hablamos a los niños difiere mucho según sus edades. Se deben hacer preguntas más sencillas y ser más activos con los niños más pequeños. Sin embargo, con los adolescentes sería mejor no ser demasiado invasivo y reforzar sus propias fortalezas.
3. Asumir la complejidad. Los niños se enfrentan no sólo a desafíos y logros académicos sino también a relaciones sociales complejas, tanto con compañeros como con profesores. Nuestros niños ven en el colegio escenas positivas de solidaridad y afecto, pero también muchas otras de intimidación y crueldad. Además, están las exigencias académicas. Los padres pueden tomar un papel activo en el aprendizaje sobre las diversas áreas, académica, social y afectiva, enseñándoles habilidades para afrontar las complejidades que surjan.
4. Normalizar. Es normal que los niños tengan temores y es normal que las transiciones sean difíciles. Hacer saber a los niños que esto es así y que sus padres confían en su capacidad para hacer frente a esto es una buena base para que los niños desarrollen su propia autoestima.
5. Evitar la sobreprotección. Es preferible mantener una conversación con los hijos sobre cómo pueden hacer frente a los retos académicos y sociales, que ocuparse uno mismo de estos asuntos. Enseñar y animar a los niños a cómo hacer frente a estos retos en lugar de hacerlo por ellos, les conllevará beneficios que serán mucho más duraderos en el tiempo.
6. Encontrar aliados. Es importante saber que los maestros son profesionales que se preocupan por el bienestar de sus alumnos. Los Mejores Psicólogos en Málaga recomiendan hablar con los profesores de los hijos, escuchar su perspectiva, dejarse guiar y aceptar su ayuda cuando sea apropiado, es una potente herramienta para los padres que repercutirá de forma directa también en sus hijos en esta vuelta al colegio y durante todo el curso escolar.