Pamela Jiles sostiene que “el feminismo revolucionó la teoría política al analizar las relaciones de poder y combatir las causas que producen las diferencias de clase, de raza y de género, es decir, combate al patriarcado cuyo producto más extremo es el sistema neoliberal”.
“No es lo mismo movimiento de mujeres que movimiento feminista. El feminismo se opone a los comportamientos que legitiman la dominación somatopolítica, como presentar indicaciones a la Constitución Lagos-Pinochet”.
“El feminismo –aunque yo prefiero hablar de transfeminismo o queerfeminismo– es la ideología de las corporalidades subversivas, del deseo. Es la resistencia al neoliberalismo que nos volvió cuerpos esclavos, productivos y reproductivos. Va más allá de conseguir la igualdad legal de la mujer blanca, heterosexual y de clase media. Más allá de asumir reivindicaciones de igualitarismo sexual muy vinculadas al broad-casting de Internet, muy trasnacionalizadas, muy supeditadas a intereses burgueses”.
“Mi género es el de los oprimidos. Soy lesbiana, hombre, mujer, transexual, o lo que sea de manera fluida. Cuestiono la heteronorma en todos mis actos. Me opongo al opresor con mi cuerpo y con mi deseo, convencida de que la revolución será posible solo cuando construyamos nuestra propia identidad de oprimidos, nuestros imaginarios, en oposición a los patrones heteropatriarcales que dieron origen a nuestra esclavitud”
En la nueva edición de Cosas que saldrá este viernes a los kioscos del país, Jiles se refiere también a su coalisión, el Frente Amplio: “Me siento parte de una gesta poética y política que llevará al Frente Amplio a gobernar el país. Nuestra bancada es potente, bella y alegre, tiene defectos, pero también la pureza y la capacidad necesaria para abrir el camino a los millones de ciudadanos que han estado excluidos del poder. Es muy conmovedor ser ‘la abuela’ del Frente Amplio, me produce felicidad”, expresó la legisladora.