La vida como tal, no admite bromas. Hay que hacerlo
todo, con cierto rigor, formalidad, y no menor sentido
de la responsabilidad.
Para ser sincero, diremos que no debemos esperar
grandes cosas de ella-por regla general-claro que
existen excepciones, pero no suelen abundar.
Poder vivir con cierta holgura, entiendo que ya es
bastante, y con mayor motivo, dado los tiempos que
corren.
Debemos hacer todo cuanto esté en nuestras manos
para conseguir nuestra meta, pero sin obsesiones,
pues esta actitud no es nada recomendable.
Desde este preciso momento, debemos amar la
vida, de ese modo podremos decir:¡He vivido!!.