Por Santiago Donaire, Ecoingeniero –
Bella planta autóctona de la región mediterránea, presente en multitud de jardines de Málaga y de forma espontánea en las riberas de ríos y arroyos, es poco exigente, solo requiere un clima suave, sin apenas heladas, terrenos un poco alcalinos, este año gracias a las lluvias de primavera y el suave verano, está especialmente florida.
Su nombre Neriun está asociado al agua (neros en griego es húmedo, Nerion Dios del mar, Nereides las ninfas del fondo del mar) y se le asignó pues al crecer de forma natural junto a los cauces de los ríos se le presupone gran consumidora de agua, pero más que buscando el agua lo que precisan son las tierras sueltas de las arenas fluviales, por ese motivo también se dan bien en las medianas de las Autovías sobre el material granular de los firmes y allí ni hay ni debe haber agua. “Oleander” es porque la hoja tiene la forma de la del olivo.
Son extremadamente venenosas, la ingestión de sus hojas o tallos pueden hacer colapsar el corazón, por ese motivo no se deberían plantar en parques y jardines, pero su belleza y rusticidad rinde a los paisajistas. Es famosa la historia de cómo la adelfa acabó con un regimiento de soldados franceses en la guerra de la independencia, al comer cordero ensartado en palos de la planta, bueno más que historia es leyenda y seguro que muy contaminada por esa inercia de adaptar la historia de las guerras , banalizando al enemigo y exaltando al patriota.
A los más aprensivos, tranquilidad que no hay miel de Adelfa, pues no genera néctar, aunque lo llamativo de sus flores le permite la polinización en base a la frustrante búsqueda de néctar por parte de multitud de insectos seducidos por su belleza.
Sus depredadores son escasos, por el veneno, pero la selección natural se encargó de a unos pocos hacerlos resistentes y se alimentan de la adelfa sin apenas competencia, es de destacar la llamativa mariposa Daphnis nerii
En España se cultiva en plan arbustivo con multitud de pies, sin embargo en el sur de Italia, en Sicilia, son frecuentes formaciones arbóreas con un solo pie y con la cruz a 3 metros de altura como pequeños árboles de sombra.
Hoy su uso en las medianas de las autovías ha facilitado que sus semillas se propaguen más allá de los cauces de los ríos, sin llegar a ser una plaga como en los Estados Unidos donde fue introducida y hoy los intentos para acabar con ella han fracasado.
Disfrutarla que todos tenemos ejemplares cerca, en las proximidades de la costa del mar Mediterráneo es su hábitat más favorable, por el interior sube por los arroyos hasta Despeñaperros, uno de los adelfares naturales mejor conservados (700 metros sobre el nivel del mar) ya en su límite climático, es el adelfar protegido del río Cuadros en Bedmar en Sierra Mágina, Jaén