Entender ciertas ausencias,resulta una tarea algo difícil,
extraño, incomprensible, y menos aún, cuando se hace
para elegir caminos tortuosos…
Las agujas del reloj, han dado ya muchas vueltas, los
meses han resbalado por su esfera caminando con paso
firme.
Hay momentos, que son muy dolorosos para el alma,
sobre todo, cuando se contempla como la dermis del
tiempo, hace que aparezcan esas arrugar incipientes.
En algunas tardes soleadas, he llegado a sentir cierto
frío, quizás por estar solo, y ello, me hace tiritar en la
penumbra helada de la ausencia.
Espero anhelo y deseo, que un día no muy lejano,
decidas buscarme, seguro que me encontrarás
inmerso, en la magia de mi cielo azul de esperanza.