Como dos orillas, fueron tu corazón y el mío, pues
a pesar de que está el río en medio, por debajo de
el, se unen en secreto.
Mientras canto tu nombre al viento y este lo repite
al pasar, pienso lo que puedes estar haciendo en
estos momentos… sigo recordándote junto
a la orilla del mar.
No se si te quiero mucho o poco, pero estoy seguro
que jamás volveré a querer de ese modo a nadie
que aparezca en mi vida.
Hoy tu vida y la mía son como estrellas, se ven
muy juntas y en cambio están muy lejos.
El barco del placer, se detiene en alta mar, me
encuentro hechizado a las puertas de la pasión!!