La adicción psicológica a los videojuegos en adolescentes malagueños
En la actualidad son muchos los adolescentes que dedican muchas horas del día a jugar a los videojuegos. Sin embargo, si las horas de juego no le afectan en las áreas de su vida ni a su rendimiento se debe de considerar como uso excesivo y no como un problema serio.
En este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye la adicción a los videojuegos como un trastorno en su nueva clasificación Internacional de enfermedades. Las estadísticas de adictos a los videojuegos reflejan que suelen tener más prevalencia en varones y en edades comprendidas entre 10 y 35 años. Además suelen tener dificultades para relacionarse con los demás y con el mundo que les rodea.
Así, son muchos los padres que acuden con sus hijos adolescentes a consulta del psicólogo especializado en niños y adolescentes en Málaga que afirman que estos solo quieren jugar y que no dedican tiempo al estudio y las relaciones con los demás.
Existe una adicción a los videojuegos cuando hay un comportamiento persistente de juego tanto online como fuera de línea. Se considera adicción cuando existe falta de control en la frecuencia, duración del juego, intensidad, contexto de la actividad, etc. Además de dar prioridad al juego frente a todo tipo de actividades de la vida diaria llegando a tener consecuencias negativas (fracaso escolar, falta de relaciones sociales, otras actividades de ocio, etc.).
Según psicólogos en Málaga especialistas en niños y Adolescentes, para que se considere un comportamiento patológico debe de darse un patrón de comportamiento compulsivo y padecer el síndrome de abstinencia e irritabilidad cuando no se realiza la conducta. Dicha práctica lleva a la persona padecer un deterioro significativo en los diferentes ámbitos de su vida (social, familiar, personal, escolar o laboral,…). Entre estas consecuencias negativas pueden aparecer altos niveles de ansiedad, irritabilidad, agresividad, falta de sueño, evasión de la realidad, aislamiento social, etc.
La respuesta psicológica y neuroquímica son similares en las adicciones. La persona experimenta sensación de placer por la liberación de dopamina en el cerebro y se reduce los niveles de ansiedad cuando se realiza la conducta. Esta es la causa por la que queremos repetir la conducta.
Según la psicóloga en Málaga especialista Marta Garrido González del gabinete de Psicólogos Málaga Psicoabreu hay que establecer límites en cuanto a las horas de juego, fomentar otro tipo de actividades y que el niño no deje de lado las relaciones personales, sociales, familiares y escolares Si el hecho de jugar afecta a estas áreas es importante buscar ayuda profesional para poder detectar si hay conducta adictiva y si hay otras causas de malestar que le lleven a esta adicción como forma de evitación. Esta adicción es como cualquier otra y los especialistas utilizan tratamientos cognitivos conductuales para paliar la conducta adictiva. Se reconoce el problema para poder tratarlo, se establece ayuda para autocontrol y deseo y se planifican otras actividades.