MADRID (Reuters) – El Tribunal Supremo condenó el martes a cinco años y diez meses de cárcel por varios delitos de corrupción a Iñaki Urdangarin, cuñado del Rey de España, una pena que supone una reducción de cinco meses respecto la sentencia de la Audiencia Provincial de Palma emitida el pasado año.
El tribunal condenó a Urdangarin por los delitos de malversación, prevaricación, fraude, dos delitos fiscales y tráfico de influencias, aunque lo absolvió del delito de falsedad en documento público, al considerar que no estaba probada su intervención.
Diego Torres, el socio Urgangarín en el instituto Nóos, fue condenado a cinco años y ocho meses de prisión, mientras que mantuvo la responsabilidad de partícipes a título lucrativo de Ana María Tejeiro, esposa de Torres, y Cristina de Borbón en el delito de malversación y fraude de sus respectivos maridos, pero no en los delitos fiscales.
Por otra parte, el alto tribunal ratificó la condena a 3 años y 8 meses de cárcel al expresidente balear Jaume Matas.
Tras el fallo del Tribunal Supremo, Urdangarin aún cuenta con la baza de presentar un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, aunque la Audiencia Provincial de Palma será la encargada de ejecutar la sentencia y decidir si el exduque de Palma entra finalmente en prisión.
La Audiencia de Palma condenó al ex jugador olímpico de balonmano en febrero del año pasado a seis años y tres meses de cárcel por los delitos de prevaricación, fraude contra la administración pública y Hacienda y tráfico de influencias, en un caso en el que quedó absuelta su mujer, la infanta Cristina de Borbón.
La defensa recurrió después ante el alto tribunal y pidió la absolución de Urdangarin, quien tras la sentencia evitó el ingreso en prisión y fue puesto en libertad provisional sin fianza, aunque con medidas cautelares como una comparecencia mensual ante las autoridades judiciales de Suiza, donde reside.
Por su parte, la Fiscalía del Tribunal Supremo elevó en otro recurso la petición de pena para Urdangarin a 14 años y medio, por haberse aprovechado de sus conexiones con la realeza para lucrarse ilegalmente en las islas Baleares.
El caso Nóos estalló hace más de diez años y contribuyó a llevar la popularidad de la monarquía a sus peores niveles en décadas, provocando la indignación de la opinión pública en un país que ha sufrido una profunda crisis económica y grandes casos de corrupción política.
Urdangarin es el primer miembro de la familia real española sobre el que recae una pena de prisión.