Nos mire a los ojos cuando hablamos. Que sepa escuchar
y respetar nuestros sentimientos. Que venga a luchar a
nuestro lado, sin apenas ser llamado. Alguien que nos diga
las verdades que no queremos oír, a sabiendas de nuestro
enfado. Necesitamos de alguien que crea en la amistad.
No podemos elegir a esas personas que nos trajeron al
mundo, pero si a nuestros amigos.
Necesitamos de alguien que no se ausente, si algún día
perdemos nuestra fortuna, dejando de ser la sensación de
la fiesta.
En ésta búsqueda, solemos empeñar nuestra alma, pues
con una amistad verdadera, la vida se torna más simple,
más rica y más bella.