Nuestra mente, es un instrumento magnífico si se
usa de modo correcto. Utilizada de forma inadecuada,
sin embrago, se vuelve muy destructiva. Para decirlo
de forma más exacta, no es tanto que se utilice de
forma inadecuada, por lo general no se utiliza en
absoluto. Es ella quien nos utiliza. Ésta es la enfermedad:
creemos que somos su mente. Éste es el engaño.El
instrumento se ha apoderado de nosotros.
¿Cómo se logra el control de nuestra mente para que
no nos proyecte hacia adelante ni hacia atrás? Para
gobernar nuestro centro de operaciones, hay que
entregarse al momento presente, ya que sólo en el,
hallaremos el espejo mental que nos revele quien somos.