El tiempo es un jefe que ofrece igualdad. Cada
ser humano, tiene exactamente el mismo número
de horas y minutos cada día.
Las personas ricas, no pueden comprar más horas.
Los científicos, no pueden inventar nuevos minutos.
No se puede guardar tiempo para gastarlo otro día.
Aún así, el tiempo es increíblemente justo y también
misericordioso.
No importa cuanto hayas perdido en el pasado, pues
todavía tienes un mañana completo.
El éxito depende de que hagas un uso prudente del
mismo, mediante la planificación y el establecimiento
de prioridades.