Tengo un bebé gigante
y no sé dónde esconderlo.
Los dedos salen por las ventanas y su cabeza ya ha roto el techo.
Lleva unas polainas que le tejí yo misma pues no hay tallas de su medida.
Por las mañanas, le sirvo el desayuno en tazones de litro, y por la noche, me alcanza una estrella para alumbrar la cena.
Nunca le dejo llorar pues la última vez me inundó la casa, y cuando ríe retumban las paredes y el suelo.
Los vecinos me han denunciado, dicen que tengo la culpa de tanto terremoto.
Pero yo solo tengo un bebé gigante
y no sé donde esconderlo.
Michael Bublé, My baby just cares for me
Blog de Eugenia Carrión