¿Quién toma las decisiones de tu vida?
El aprendizaje acompaña al ser humano a lo largo del desarrollo. La adquisición del lenguaje, el aprendizaje de hábitos cotidianos o la interiorización de las normas son algunas de las tareas evolutivas del ser humano. Respecto a la toma de decisiones ocurre lo mismo. Consiste en un proceso complejo de asimilación y reajuste, relacionado con la adquisición de autoconfianza y autonomía.
Confianza y autonomía, factores clave en la educación.
La capacidad para reconocer la responsabilidad de nuestros actos se va produciendo a lo largo del tiempo. A medida que vamos creciendo, vamos ganando en autonomía. El desarrollo cognitivo, la apertura a la socialización, la consecución de objetivos vitales irán influyendo en nuestro autoconcepto.
Los adultos acompañan a los niños en la adquisición gradual de responsabilidad. Desde pequeños ya ha comenzado el proceso de adquisición de confianza en uno mismo. Es importante reconocer la importancia de esta tarea evolutiva. A medida que crecemos vamos aprendiendo a asumir las consecuencias de nuestras decisiones. Éstas irán aumentando en complejidad y relevancia, pero desde pequeños ya estamos eligiendo de qué manera queremos vivir.
Una educación excesivamente sobreprotectora, permisiva o exigente hará que el niño tenga dificultad en esta tarea. Inhibiendo la posibilidad de libertad de elección, debido a la baja tolerancia a la frustración que conlleva un resultado no esperado. Esto puede verse favorecido si mantenemos unas expectativas muy elevadas acerca del rendimiento. También puede influir una visión rígida basada en la creencia de que existen decisiones “correctas o equivocadas” cuando hablamos de elecciones vitales. Como comenta la psicóloga en Málaga Paula Castrillo Ramírez, del Gabinete Psicólogos Málaga PsicoAbreu, es más enriquecedor poder ver cada elección como una oportunidad de aprendizaje. Tomar decisiones es algo que hacemos a diario.
Tomamos decisiones a cada momento.
Y es que continuamente estamos eligiendo en base a nuestras posibilidades. Podemos diferenciar el tipo de elecciones según su importancia. No es lo mismo decidir que comer hoy que elegir una carrera profesional. Ambas son importantes, no obstante es interesante hacer esta diferenciación, como un ejercicio de priorización en nuestra vida. Nuestras prioridades y objetivos variarán en función de la etapa y circunstancias de cada persona.
Según la profesional del centro de psicólogos en Málaga, bajo ciertos estados emocionales intensos, o tras la adaptación a un cambio vital importante es posible que sintamos estrés y dificultad en la toma de decisiones. La indecisión también puede derivar en el desarrollo de un trastorno afectivo o un cuadro de ansiedad. Ya que no decidir supone un estado de bloqueo. Adquirir autoconciencia y conocimiento personal nos ayudará a detectar cambios significativos en nuestra trayectoria y actuar en consecuencia.
A pesar de los momentos de dificultad que aparecen a lo largo de la vida, es importante ser conscientes del beneficio de recuperar la confianza en nosotros mismos. La capacidad de tomar decisiones nos hace libres. Permite que ganemos experiencia en la tarea de responsabilizarnos de nuestra vida, y defender nuestro deseo. Fortaleciendo la autoestima y nuestro autoconcepto.