Todo lo que hacemos, incluso los actos más insignificantes,
generan consecuencias que afectan a nuestro entorno y
terminan regresando a nosotros.
«El aleteo de una mariposa en Hong Kong, puede desatar
una tormenta en Nueva York». Es causa de una dinámica
continua, de causa-efecto que permanece activa, aunque
no seamos conscientes de ello. Debemos cuidar los detalles,
porque lo pequeño, acaba generando lo grande.
Bajo el caos aparente del universo, existe un orden del
que todos participamos. Por eso, es importante prestar
atención a las coincidencias, ya que suelen ser mensajes
llenos de significado. Si aprendemos a leer los hilos casi
invisibles de la realidad, descubriremos pistas que nos
conducen a lugares, situaciones y personas, que pueden
dar un vuelco decisivo a nuestra vida.