Se localiza en la desembocadura del Guadalhorce en la provincia de Málaga. Hoy en día, pasear por sus senderos, disfrutar del paisaje y la vida animal que se desarrolla en el lugar, con el Mediterráneo como telón de fondo, empieza a ser todo un lujo, que ya quisieran para sí muchas ciudades europeas.
Y si a eso le sumamos los valiosos restos fenicios y romanos dispersos por toda la zona, es fácil comprender la importancia y el potencial turístico y ciudadano que tiene para toda la Costa del Sol.
Aún estamos a tiempo para convertir el minúsculo paraje natural en todo un gran parque, que conecte la desembocadura del Guadalhorce con la sierra de Churriana, atravesando el campamento Benítez y pasando por los últimos tramos de costa sin edificar, como son Arraijanal y la Cizaña.
Mientras río arriba, gracias a la repoblación de sus márgenes, ya empieza a ser factible conectarlo con el parque Natural del Torcal de Antequera.
Sin embargo, las autoridades prefieren urbanizar este pasaje natural y menospreciar la riqueza de este lugar histórica. Ha llegado el momento de actuar, o luchamos por un gran Paraje Natural en el entorno de la desembocadura del Guadalhorce o tendremos que conformarnos con el minúsculo enclave actual pero rodeado de hormigón.
Por un gran Paraje Natural en la desembocadura de Guadalhorce.
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