Consejos para administrar el tiempo y reducir el estrés.
Una de las principales fuentes de estrés que existe actualmente es la gran cantidad de obligaciones y actividades que realizamos diariamente. En estas situaciones pueden aparecer dificultades para administrar adecuadamente el tiempo y puede provocar la sensación de estar desbordado, cansancio, disminución del rendimiento e incumplimiento de compromisos. La Psicóloga Sanitaria en Málaga Ana Claudia Alda, del gabinete Psicólogos Málaga PsicoAbreu ofrece las claves para reducir esta fuente de estrés.
La principal dificultad en la administración del tiempo se debe a que a veces la persona se implica en demasiadas tareas al mismo tiempo, se siente responsables de todas ellas y pretende que todo salga a la perfección, tal y como señala la terapeuta Ana Claudia Alda, del gabinete Psicólogos Málaga PsicoAbreu.
¿Cómo se puede administrar el tiempo de manera adecuada?
Antes de comenzar, hay que observar cómo esta organizado nuestro tiempo actualmente. Para ello, hay que registrar durante un par de días las actividades diarias y el tiempo qué se le dedica a cada una, anotar las actividades que estaban planteadas y que no dio tiempo a realizar e indicar aquellas actividades que nos gustaría hacer y que no hubo oportunidad de llevarlas a cabo.
Tras este estudio previo, se puede comenzar a mejorar y cambiar la administración del tiempo mediante los consejos que la psicoterapeuta del centro de Psicología en Málaga propone:
- Establecer prioridades. Realizar un listado de las actividades que se quieran realizar ese día en concreto. Después, dividirlas en las siguientes categorías:
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- Tareas A: las más prioritarias, aquellas que hay que hacer ese día sin falta.
- Tareas B: tareas importantes pero no necesitan realizarse ese mismo día. Si se posponen mucho tiempo, pueden convertirse algún día en tareas A.
- Tareas C son tareas que te gustaría hacer o tareas que no son urgente actualmente.
Realizar la planificación en función de estas categorías.
- Utilizar calendarios y agendas.
- Dedica un tiempo diariamente para la planificación del día siguiente.
- Delegar responsabilidades. En ocasiones, la responsabilidad de algunas tareas no recae únicamente sobre nosotros mismo. Pedir ayuda y delegar responsabilidades cuando sea necesario puede facilitar la planificación.
- Decir no a nuevas tareas cuando se valore que desajusta la planificación y que esa nueva tarea no es, al menos, una tarea A.
De esta manera, se cumple con los compromisos, se disminuyen el estrés y la sensación de estar desbordado, y aumentan los sentimientos de satisfacción y bienestar.