Si intentamos reflexionar un poco, reconoceremos que
la mayor parte de nuestro infierno, se encuentra en
realidad dentro de nosotros.
Ciertamente, nos suceden cosas negativas, la gente
actúa mal, y el mundo es un lugar imperfecto.
Sin embargo, cuando pensamos en ello, descubrimos
que nos suceden en realidad muy pocas cosas malas,y
cuando lo hacen pasan muy deprisa.
Pero tendemos a crear un sufrimiento infinito, a través
de nuestra interpretación de los hechos y las personas,
de nuestra visión de los acontecimientos; el problema
no es lo que nos sucede, sino como lo interpretamos,
y nuestra relación con el sufrimiento.