Lo que se aprende en la madurez, no son cosas sencillas,
como adquirir habilidades e información.
Se aprende, a no incurrir en conductas negativas y a no
dilapidar energía por causa de la ansiedad.
Se descubre, como dominar las tensiones y que el resentimiento
se encuentre entre lo menos deseado.
Se aprende, que el mundo adora el talento recompensando el
carácter.
Se comprende, que la mayoría de la gente, no está ni a favor
ni en contra nuestro, sino que está aborta en si misma.
Se aprende, en fin, que por grande que sea nuestro empeño
en agradar a los demás, siempre habrá personas que no nos
quieran.
Esto es una dura lección al principio, pero al final, resulta
muy tranquilizadora.