Una reciente investigación ha descubierto que pagar un alto precio por algo causa un dolor similar al dolor físico. Utilizando técnicas de neuroimagen, han descubierto las zonas del cerebro que se activan cuando se muestra el precio de distintos objetos.
Cuando los participantes del estudio contemplaban un precio muy alto, la zona conocida como la ínsula se activa. Esta zona está relacionada con el dolor físico y el desagrado por algo. Si esta zona se activa intensamente, la persona decide no comprar el artículo, no importa cuanto le guste.
Este estudio sugiere que pagar por algo, sobre todo si el precio es alto, es doloroso. Este dolor se puede utilizar como terapia para personas que son adictos a las compras.
Parece que la manera como pagamos algo influye en la activación de la ínsula. Así, gastar dinero en efectivo es la forma de pago que más nos duele. según una reciente investigación.
Sin embargo, las tarjetas de crédito nos anestesian a la hora de pagar y parece que comprar con tarjeta de crédito no nos duele tanto, al menos no sentimos el dolor de pagar, según se ha comprobado.
Según Ferrán Pérez, profesor de la Escuela de Ventas Axioma, «cuando pagas con una tarjeta de crédito, parece que no das nada a cambio de lo que compras.»
El hecho de que pagar con tarjeta resulte menos doloroso influye en cuánto gastamos y en qué lo gastamos. En un reciente estudio de investigación se pudo comprobar que las personas que pagan con efectivo gastan menos que aquellos que pagan con tarjeta de crédito.
En otro reciente estudio de investigación se pudo comprobar cómo el hecho de pagar en efectivo contrarresta el impulso de comprar. Así, las personas que pagan en efectivo son más cuidadosos con lo que compran y realizan menos compras impulsivas, en concreto, comida basura. Así pues, pagar en efectivo puede ser no sólo beneficioso para tu bolsillo, sino también para tu salud.
También se ha comprobado que las personas tienden a gastar con más facilidad los billetes más usados y a guardar los billetes más nuevos en la cartera. Igualmente, nos cuesta cambiar los billetes grandes. Por eso, si eres adicto a las compras, sal de casa sin tarjeta de crédito y con billetes grandes en la cartera, a ser posible, recién salidos del banco.