Diego precisó a Efe que prevé dibujar entre tres y cuatro días (noches incluidas) «sin descanso y hasta llegar a la extenuación» para ofrecer un «desnudo mental, un salto sin red y la visualización en tiempo real de la mente puesta al límite».
Con grafitos, tinta, alguna acuarela, una silla y una mesa, se encerrará en una estancia rectangular de 5,5 metros de largo por 3,3 de ancho y dibujará en el suelo, paredes y material de mano sin una idea previa de antemano, aunque será casi todo en blanco y negro.
Dejará que la inspiración le llegue y las ideas vayan fluyendo por sí mismas para plasmarlas sobre un papel que ha fabricado ella misma, solo acompañada por música clásica y de jazz.
«Me interesa descubrir lo que la mente es capaz de crear cuando no hay límites de tiempo -dijo- y cuando se alcanza el agotamiento físico.»
El resultado será una «transcripción» de su cabeza al papel mediante el dibujo comenzando «con una mente fresca y un cuerpo descansado» y pasando por «los momentos confusos y de exhaustividad donde surjan las dudas, el desequilibrio, el miedo, las pesadillas y las obsesiones», hasta el desenlace final, cuando caiga «rendida».
Una vez que comience el experimento, nadie podrá interactuar con ella, y está previsto que coma e, incluso, haga las necesidades fisiológicas con un lápiz en la mano, y siempre filmado por una cámara sobre la cabeza.
Un equipo de entre ocho y diez personas, incluido un médico, proporcionará los medios para que la artista consiga el objetivo.
El experimento se transmitirá en internet en «https://transcriptionscan.blogspot.com.es/».