La onda epidémica de la gripe se ha intensificado en España y está en plena fase de ascenso, con una tasa de incidencia de 120,9 casos por 100.000 habitantes y una circulación mayoritaria del virus B.
El Sistema de Vigilancia de la Gripe en España ha detectado en la semana del 18 al 24 de diciembre un incremento de incidencia gripal, principalmente en Asturias, Castilla y León, País Vasco, Madrid, Castilla La Mancha, Extremadura y Andalucía.
Desde el inicio de la temporada 2017-2018 se han notificado 22 defunciones por gripe confirmada por laboratorio, el 68 % en hombres.
Trece de las muertes se asocian al virus B, y nueve al A. Dieciséis de los casos (73 %) eran mayores de 65 años, cinco (23 %) pertenecen al grupo de 45 a 64 años y uno (4 %) al de 15 a 44 años.
Todos ellos presentaban factores de riesgo. El 55 % de los casos desarrolló una neumonía y el 41 % había ingresado en UCI.
De los dieciocho casos pertenecientes a grupos recomendados de vacunación, el 72 % no había sido vacunado.
Según el informe del Instituto de Salud Carlos III, la mortalidad general observada en la semana analizada «no sobrepasa la mortalidad esperada para este periodo».
Además, desde el inicio de la temporada se han contabilizado 247 casos graves hospitalizados en dieciséis comunidades autónomas: el 52 % de ellos hombres y el 48 %, mujeres.
En 160 de los pacientes (65 %) se identificó el virus de la gripe B, y en 87 (35 %) el virus A.