Ayer hubo marchas en diferentes ciudades de la Argentina para mostrarle al gobierno de Mauricio Macri que lo que ellos llaman “reforma previsional”, es lisa y llanamente un robo a los pensionados, jubilados, niños, discapacitados y trabajadores. Un intento de retrotraer el sistema distributivo argentino y ajustarlo a las normas del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Frente al congreso de los diputados decenas de miles de personas se congregaron para evitar que se sancione esta ley, que ya contaba con la aprobación de la cámara de senadores, en lo que se considera por muchos sectores como una “traición a la patria”.
El Congreso permaneció vallado y con un operativo de seguridad jamás visto en la Argentina, con cuerpos represivos de todas las fuerzas de seguridad, incluidas aquellas que no tienen ninguna formación en la contención de manifestaciones masivas.
La sesión legislativa tenía como hora de comienzo las 14 horas y al mismo tiempo comenzaron los disparos contra los manifestantes, en una sincronía macabra.
Al no obtener el quórum y descubrirse el intento del oficialismo de formar quórum de manera ilegal, la sesión legislativa se suspendió. Varios de los diputados habían sido agredidos por la misma policía al intentar entrar al recinto y en los alrededores del edificio las fuerzas de seguridad realizaban una cacería de posibles manifestantes.
“Si quieren que declaren el estado de sitio, pero esto es una locura”, denunciaba el diputado Horacio Pietragalla segundos antes de ser atacado con gas pimienta por efectivos de la gendarmería nacional.
Por la tarde se anunció que el presidente daría un mensaje a la población en el que informaría de la aprobación de la ley de ajuste a través de un decreto de necesidad y urgencia. La reacción de los propios correligionarios del presidente millonario, hizo que finalmente se desistiera de esta medida que podría haber generado una reacción popular incontrolable.
En el día de hoy gobernadores provinciales les contaron a periodistas que directivos del grupo mediático Clarín, amenazan en nombre del gobierno para que se apruebe esta ley, ya que dicen que la economía argentina podría colapsar en pocos meses si no se reducen las partidas presupuestarias. Lo paradójico de esto es que el gobierno no para de ejecutar medidas que reducen la recaudación del Estado, como las exportaciones de granos libres de impuestos, la eliminación de gravámenes a las mineras, desaparición del impuesto a los coches de alta gama, el champán o sobre las patronales, por citar algunos ejemplos.