Sabemos por nuestra propia experiencia diaria, que cuando
nos levantamos por la mañana con cierto optimismo,todo
nos sale mejor. Incluso las malas noticias, podemos asimilarlas
de manera más equilibrada y con una actitud más positiva.
Cuando estamos enfadados y descontentos, hasta las cosas
más bonitas nos ponen de mal humor. Entonces, nos invade
el descontento, la rabia y el odio hacia nosotros mismos o
hacia los demás. No estamos bien en nuestra propia piel y,
de ese modo, no podemos alegrarnos por casi nada de cuanto
ocurre a nuestro alrededor.
¡Esto demuestra, lo importante que es poder vivir en armonía
con uno mismo!!.