Las muertes registradas tras el terremoto del domingo en la frontera entre Irán e Irak superaron las 540. Más de 8.000 personas resultaron heridas en el sismo, que tuvo una magnitud de 7,3. La mayoría de las muertes ocurrieron en Irán, donde más de 12.000 casas fueron destruidas, por lo que muchas personas se quedaron sin hogar ante la inminente llegada del invierno.