Quizá todo empezó con varios empujones y algún vasito de vino. Los que le solía dar La Bastiana a su hijo, un gitanillo delgado como un alfiler y despierto como una lagartija, para que saliese a bailar en las reuniones flamencas, bautizos y comuniones del barrio de Santiago en Jerez de la Frontera. Allí en 1969 nació Tomás Moreno Romero. Primero –cuando fue monaguillo y cantaba el Padre Nuestro por buleríaslo llamaban Tomasín, ahora es Tomasito. Mejor dicho: el gran Tomasito. Un hombre, padre de tres hijos, que con 52 kilos de talento ha dejado con la boca
abierta a ilustres como Lola Flores, Miguel Bosé, Diego Carrasco, Wynton Marsalis o Liam Gallagher, de los Oasis. Todo el que lo conoce o lo ha visto en directo sabe que Tomasito es un genio. El resto del mundo ya se está enterando y este Ciudadano Gitano es un paso más para que termine por enterarse definitivamente.
Lo que tiene en las manos es el primer disco de grandes éxitos de Tomasito, con una canción nueva Ser libre y vivir a mi manera, una declaración de principios bastante explícita –y de aires morunos-, que da el pistoletazo de salida de este excitante recorrido por lo mejor de su repertorio y de su historia.
Una biografía que empezó pronto. De niño tuvo su puesta de largo al ganar el premio en la Fiesta de la Bulería de Jerez. Por allí andaba Diego Carrasco, gurú del compás, que alucinó con la particular forma de cantar y bailar de Tomasito, capaz de mezclar lo clásico del flamenco con Michael Jackson. Lo jondo con el Niño Robot. “Me cogió en Jerez”, ha confesado Tomasito, “habló con mi padre y me llevó dos meses a Madrid”. Estamos en 1984 y Tomás empieza a bailar en Los Canasteros. Dos años después hace su primera gran aparición en televisión.
Su amistad con El Canijo y El Ratón de Los Delinqüentes ha dado mucho de sí. En 2006 Tomasito forma parte del G5, el supergrupo compuesto por Kiko Veneno, Jairo Muchachito y los dos Delinqüentes que publican el superdisco Tucaratupapi, que, entre gazpachos y guitarras, se gesta en el estudio La Bodega, en Jerez. El disco nos dejó canciones que ya son clásicas como El vino y el pescado o 40 Forajidos. Pero la unión con Los Delinqüentes iba a dejarnos más alegrías (y las que quedan). En 2010 Tomasito participa en el disco del dúo, llamado Los hombres de las praderas y sus bordones calientes. En 2013 publica su pequeña revolución Azalvajao, su disco más cuidado y con un sonido que se funde a la perfección su personalidad arrebatadora.
Dice Tomasito que a veces compone canciones con una guitarra del supermercado Lidl de 50 euros. Que sepan que lo puede hacer en su cocina del barrio de Moratalaz, donde vive actualmente, o rodeado de los más grandes en Nueva York, en Cádiz, en el Sahara o Cabo Verde. Lo mejor de Tomasito es su baile y su cante. Aunque también tiene un puñado de anécdotas que sirven para hacerte, feliz. Si un día se lo encuentran pregúntenle por cómo lleva a sus tres hijos al colegio a las ocho de la mañana o por el día que se encontró en un hotel de Barcelona a los hermanos Gallagher, de Oasis. También por las noches mágicas que ha vivido junto a Winton Marsalis en EEUU, El Canijo de Jerez, Chick Corea, Chano Domínguez o Kiko Veneno. Las risas, su música y las palmas le curarán cualquier tristeza.