La aceptación de uno mismo, tiene una faceta física, igual
que la tiene el rechazo. Debemos fijarnos, en como los niños
intentan a veces no sentir lo que sienten. Su pecho se contrae,
y su respiración se vuelve fatigosa. Lo mismo le sucede a los
adultos. Cuando negamos o rechazamos, lo primero que se
hace, es dejar de respirar.Cuando acepta, se relaja y respira
hondo; se abre no se cierra en banda…
La actitud de aceptación básica de uno mismo…conlleva
decirse: elijo valorarme a mi mismo, tratarme con respeto,y
defender mi derecho a la existencia. Este, es un nivel aún
más profundo de aceptación de uno mismo, que admitir algún
pensamiento,sentimiento o acto que resultan molestos…
¡Aquí es donde comienza la autoestima!!.