Por Juanca Martínez Coll
Profesor de Economía Política en la Universidad de Málaga
El activista malagueño Paco Vega lleva veinticinco días en huelga de hambre. Es su tercera huelga de hambre. En esta ocasión le acompaña Demetrio Cano en Granada. Ambos piden una renta básica digna, el cumplimiento del artículo 23.2 del Estatuto de Autonomía de Andalucía: “Todos tienen derecho a una renta básica que garantice unas condiciones de vida digna y a recibirla, en caso de necesidad, de los poderes públicos con arreglo a lo dispuesto en la ley”.
Según el Informe AROPE 2017, en Andalucía hay 3.407.841 personas en riesgo de pobreza y/o exclusión social de las que 832.252 están en pobreza severa. Son andaluces que tienen un derecho legalmente establecido a vivir dignamente pero a los que “los poderes públicos” no están atendiendo.
La DIGNIDAD es importante. ¿Qué significa que una renta básica sea digna? Debe cumplir al menos cuatro requisitos:
Primero, ser concebida como un derecho y no una limosna. En otras palabras, no debe depender de la buena voluntad o la generosidad de los gobernantes sino que debe ser socialmente reconocida como un derecho conquistado y exigible, al igual que el derecho a la educación o a la salud.
Segundo, los requisitos para recibirla no deben ser humillantes. No deben implicar complejos trámites burocráticos que requieren meses. No deben quedar al albur de un funcionario que se ve impotente para decidir, de entre todos los que cumplen los requisitos, a quién sí y a quién no se la va a conceder. Se debería poder solicitar mediante un formulario similar a la declaración de la renta y ser concedida automáticamente, si cumple con las condiciones que se hayan establecido. Después habrá inspectores que comprueben la veracidad y penalicen a los que hayan estafado a la sociedad. Al igual que se hace con las declaraciones del IRPF.
Tercero, su importe debe cubrir las necesidades socialmente consideradas básicas. No se trata tan solo de que se pueda comer y sobrevivir: vivir integrado en nuestra sociedad tiene unos costes adicionales que deben quedar cubiertos por la renta básica. Los presupuestos de la Junta para 2018 que se están debatiendo actualmente prevén 198 millones de euros para una Renta Mínima de Inserción. Repartidos solo entre los andaluces en pobreza extrema les corresponde a cada uno 238 euros al año, 65 céntimos al día. Eso no es digno.
Cuarto, se debe evitar que los recipientes caigan en la trampa de la pobreza. Debe ser compatible con los esfuerzos de los beneficiarios para salir de la pobreza. No debe desalentar que se consiga un trabajo potencialmente estable. Una fórmula para esto podría ser el sistema finlandés, una renta básica que se concede incondicionalmente para dos años y se seguirá cobrando aunque se encuentre empleo o se monte una empresa rentable. El sistema finlandés es un tipo de renta básica condicional en su concesión, ya que hay que estar en paro para recibirla, pero incondicional en su disfrute durante un período de tiempo suficiente para que los que puedan encuentren empleo rentable por cuenta propia o ajena.
Paco Vega está con su huelga de hambre, una forma muy digna de lucha, exigiendo el cumplimiento del Estatuto de Andalucía. Ha pedido una entrevista a la Presidenta Susana Díaz y se ha comprometido a no abandonar la huelga mientras no consiga esa cita. Todos los días laborables está sentado de 10:00 a 12:00 frente a la Delegación de la Junta de Andalucía, en la Alameda Principal de Málaga, esperando la respuesta de la Presidenta. Allí atiende a periodistas y a todos los que acuden a diario para acompañarle y animarle. ¡Ánimo Paco! Demetrio Cano está en El Local de la Ribera, en el Zaidín granadino. ¡Animo Demetrio!