Miembros del Colectivo por la Renta Básica apoyan la huelga de hambre y realizan un ayuno de 24 horas en Granada, reforzando la reivindicación que comenzaron los activistas el dia 10 de octubre.
Acusan a Susana Díaz de dar la espalda a la situación de pobreza en Andalucía y de sostener la política de recortes del gobierno central de Mariano Rajoy. Han solicitado ser recibidos por la presidenta de la Junta, pero esta ha mostrado muy poca “ sensibilidad social”, alegando “problemas de agenda”.
Según los datos publicados el pasado día 17 de octubre, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, en Andalucía el 41,7% de la población está en riesgo de pobreza y exclusión social y mas de la mitad vive de forma muy ajustada, no pudiendo hacer frente a ningún gasto imprevisto. El 78,1% de los andaluces tienen dificultades para llegar a fin de mes, y una de cada cuatro personas lo hace con “mucha dificultad”. Por último el El 11,9% no puede mantener su vivienda con una temperatura adecuada.
La «nueva» renta mínima de inserción que anuncia la Junta como si fuera un gran avance, no es mas que el llamado subsidio por ingreso mínimo de solidaridad, conocido como el salario social, cosa que no para nada suficiente ni terminaría con la pobreza y la exclusión, según expresan los huelguistas y otros colectivos que se manifiestan en la misma dirección. Un mínimo de 654€ mensuales por persona es la reivindicación, y quieren ser recibidos por la presidenta de la junta antes de que se aprueben los presupuestos para el 2018.
Exigen a la junta el el cumplimiento del Estatuto de Andalucía que dice en su artículo artículo 23.2 : “Todos tienen derecho a una renta básica que garantice unas condiciones de vida digna y a recibirla, en caso de necesidad, de los poderes públicos con arreglo a lo dispuesto en la ley”.
Paco Vega es un activista social muy conocido ha iniciado su tercera huelga de hambre para lograr el cumplimiento del estatuto andaluz. En esta ocasión no está solo, le acompaña Demetrio Cano, que participa en la huelga desde Granada, en el local de la Rivera, en el barrio del Zaidín. Cano es un parado sin recursos, víctima de la crisis y sus reducciones de plantilla, que lucha por él y sus compañeros «sin ningún apoyo social«.
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