Ya han dejado de vibrar, aquellas promesas sutiles
pronunciadas tan solo por puro compromiso…
Ya no laten en los labios, aluviones de sonrisas
-algunas forzadas- que afloran con la finalidad de
paliar el dolor y el olvido.
Las ventanas de los ojos, han vuelto a contemplar
esos tonos amarillos y ocres que nos regala la
naturaleza en su estación otoñal.
¡Ha desaparecido el rumor del mar, soportando
con parsimonia, tardes preñadas de silencio y ausencia!!.