El mes de agosto ha registrado un aumento del paro en la capital malagueña, al tiempo que hemos sabido que los inversores extranjeros no encuentran viviendas para sus plantillas y parte del estudiantado de la UMA comenzará el curso sin encontrar piso.
Ya no vale seguir mirando hacia otro lado. La táctica del avestruz que durante toda la legislatura ha practicado De la Torre ha estallado este verano. Los datos son de una gravedad y deparan tales consecuencias que el equipo de gobierno difícilmente podrá terminar la legislatura si no toma medidas urgentes.
En los últimos días hemos conocido varias noticias desalentadoras, que solo en apariencia no están relacionadas entre sí, pero que son resultado directo de una política desastrosa. Málaga ya no cuenta con viviendas para sus vecinas y vecinos.
Junto a Madrid y Barcelona se ha convertido en la ciudad donde más difícil es encontrar un alquiler en todo el país: anuncios que duran unas pocas hora, precios que se elevan muy por encima de la subida de los salarios, zonas, como el centro histórico, que se han vaciado y, según anunciaba la prensa recientemente, el curso universitario va a comenzar con multitud de estudiantes que no han logrado encontrar vivienda. Al tiempo, el Parque Tecnológico de Andalucía acaba de anunciar que buscará promotoras para construir viviendas en sus terrenos, puesto que las empresas extranjeras recientemente instaladas no encuentran viviendas para sus plantillas.
¿Qué medidas ha tomado el gobierno de De la Torre frente a esta situación? Ninguna. Lo que es peor, ha paralizado cualquier iniciativa plenaria en este sentido. Hemos presentado varias mociones para que se frene el aumento indiscriminado de pisos turísticos en la ciudad, especialmente en el centro y las zonas más cercanas a la playa, y para que también, siguiendo ejemplos cercanos, se cobre una tasa turística que revierta en servicios. Ni el gobierno ni sus socios de Ciudadanos las han votado favorablemente.
Derechos vulnerados
Los datos proporcionados por la Junta de Andalucía resultan alarmantes: Málaga roza ya las 15.000 plazas en los apartamentos turísticos… legales, por lo que podemos suponer que el número de camas reales es mucho mayor. Casi todas ellas se concentran en el centro, donde es evidente que urge ya una moratoria para contener su imparable aumento, causa principal del vaciamiento de vecinas y vecinos en el área. A su vez, este año hemos visto cómo en las zonas más cercanas a las payas desaparecían los alquileres de larga temporada, y se ofrecen contratos con finalización en los meses estivales, para alquilar los inmuebles a veraneantes y a precios mucho mayores. Las malagueños y malagueños se ven así privados de un derecho básico, como es el de la vivienda, y por tanto de un proyecto mínimo de vida. No es un problema de índole personal, como demuestra ya el caso del PTA y de la UMA. Se ha convertido en un problema estructural cuyos efectos más inmediatos los vemos ya, pero cuyas consecuencias más dolorosas las padeceremos a medio plazo.
Mientras que en otras ciudades como Barcelona o San Sebastián ya se han tomado medidas contundentes pare revertir situaciones similares, en Málaga se sigue apostando por un único moldeo productivo, no diversificado, como si no hubiéramos aprendido de los errores pasados, cuando se abogó por el monocultivo del ladrillo. El modelo turístico promovido por el PP y Ciudadanos (en realidad, más que promovido, improvisado) nos ha abocado a beneficios para unos pocos e inconvenientes y pobreza para muchos. No se ha traducido en un mayor nivel de vida de la población ni en mejores infraestructuras y servicios en los barrios. Al contrario, a medida que las inversiones se concentran en el centro, el resto de distritos se abandonan. Y lo que es peor, el manido pretexto del empleo (en demasiadas ocasiones de baja calidad, estacionario y, como han denunciado diversas inspecciones de trabajo, en fraude de ley) ni siquiera resulta cierto.
El aumento de agosto del paro en toda la provincia se ha cebado especialmente en el sector servicios. Los datos totales para Málaga capital arrojan una cifra de 968 personas desempleadas más.
Málaga Ahora seguirá presionando para que se adopten las medidas necesarios, desde la diversificación productiva hasta una reglamentación más estricta para devolver a la ciudadanía su derecho a la vivienda, lo que pasa por moratorias para nuevos apartamentos turísticos, cupos por distritos, limitaciones en el tiempo, inspecciones, tasas para reinvertir en servicios, etc.