Según un estudio realizado el 2005 en Estados Unidos por la National Comorbidity Survey-R, los trastornos de ansiedad tienen una prevalencia de un 29% en la población general (esto corresponde, aproximadamente, a 1 de cada 4 personas). Con esto, el trastorno de pánico junto con los demás trastornos del espectro ansioso, duplicarían problemas psicológicos frecuentes como la depresión o las obsesiones, estimándose que 1 de cada 10 personas experimentaría crisis de pánico en algún momento de su vida
Una crisis de pánico se presenta con síntomas que son específicos y se identifican en sudor frío en manos y cara, aceleración del corazón, falta de aire, dolor de pecho y mareo. En algunas ocasiones se presentan sensación de ahogo, aturdimiento, temblores, náuseas, sensación de irrealidad, temor a perder el control, enloquecer o morir.
Quienes sufren trastorno de pánico, saben lo complicado que se hace llevar a cabo incluso las tareas más cotidianas. Trabajar, viajar en transporte público, hacer deporte, tomar un ascensor son actividades que pueden resultar muy complejas. La constante sensación de que se puede perder el control del cuerpo con consecuencias graves, hace que la persona viva preocupada acerca de su estado de salud, vigilando cada unas de las sensaciones de su cuerpo y elevando su ansiedad al máximo cuando siente algún cambio desconocido en su normal funcionamiento.
Sin duda, experimentar trastorno de pánico disminuye la calidad de vida, limita en las tareas más cotidianas y hace que rara vez alguien pueda sentirse tranquilo. Se vive atrapado en un circulo vicioso donde sentir miedo del cuerpo hace que el propio cuerpo se encuentre tenso y, por consecuencia, se genere cada vez más miedo debido a dicha tensión.
Hoy por hoy, Internet ofrece muchas técnicas que se basan en controlar los síntomas asociados a las crisis. Algunas de las recomendaciones habituales para resistir una crisis de pánico son las siguientes:
- Respirar profundo. Inhalando y exhalando lentamente.
- Dar tiempo a que se pase el temor. No luchar contra él.
- Alejarse de las aglomeraciones.
- Evitar pensamientos negativos, como nada malo pasará.
- Una vez que se disipa está sensación, comenzar de manera lenta y despacio la marcha.
Según el psicólogo miembro de la asociación chilena contra el trastorno de pánico, Oscar Arancibia, «existe la creencia, incluso desde algunas corrientes psicológicas, que si se le enseña al paciente a tener una respuesta emocional diferente frente al ataque de pánico, entonces, al cabo de unas sesiones, la persona es capaz de manejar por sí misma sus crisis».
Pero la experiencia clínica, según el profesional, muestra lo contrario. «Ni las técnicas terapéuticas más vanguardistas ni los fármacos psicotrópicos son una solución definitiva al problema. Si bien pueden ayudar en una etapa inicial», señala Arancibia, «al cabo de un tiempo la persona vuelve a presentar los mismos episodios debido a que no ha comprendido con qué aspectos de su historia personal se relaciona el origen de este trastorno».
Entonces, ¿Cómo superar un trastorno de pánico? ¿Tiene solución realmente este problema?
Según Diego Becerra, psicólogo y columnista de la web crisis de pánico, «si lo que se quiere es lograr una solución de fondo, definitiva, es importante que el paciente entienda que debe llevar a cabo un proceso psicoterapéutico no basado en técnicas de relajación o de hipnosis, sino basado en el conocimiento de sí mismo guiado por un profesional realmente especializado en la materia». Y es que fracasar al intentar una solución, señala Becerra, «puede agravar los síntomas, ya que el paciente puede quedar con la sensación de que su problema no tiene salida».?
Cada persona reacciona de diferentes maneras frente a su realidad y se adapta cada uno a su tiempo en los distintos procesos de la vida. A algunos se les dificulta más que a otros y se desencadena una ansiedad inevitable y propia del ser humano. Sin embargo, es algo que siempre se puede controlar y abordar, en la medida que se le otorgue atención profesional adecuada y se siga un proceso de forma seria y continua.