Un poema debe atrapar, ser redondo como una
naranja, silencioso como la noche, brillante como la
superficie pulida de un espejo…como el cuarzo cristalino.
Un poema, debe ser ligero y corto-como el vuelo de un
jilguero-.Debe mantenerse en el tiempo.
Tiene que combatir cuerpo a cuerpo, entre los vivos
y los ausentes.
Debe resucitar la palabra salida de la boca, o de la
cueva donde se forma,liberándola de la tierra que la
cubre bajo el tiempo.
¡Se que la luna no tendrá miedo alguno, pues verá
con los ojos bien abiertos, a pesar de la ocuridad
de la noche!!.