Por Guadalupe Moreno.–Parte de la estrategia de los fabricantes de teléfonos móviles para hacer frente a la creciente competencia global pasa por incorporar en estos nuevas funciones y mejoras técnicas. Los gastos en innovación y desarrollo y los materiales de producción derivados de estas mejoras se reflejan, como no podría ser de otro modo, en el precio final de estos dispositivos. Así, no es de extrañar que el comprador cada vez tenga que meter la mano más a fondo de su bolsillo para llevarse un teléfono a casa.
Como recoge el reciente estudio ‘Statista Consumer Market Outlook – Telecommunication’, España no es una excepción en esta tendencia global. De esto modo, si en 2010 un móvil costaba de media 252,4€, su precio ha alcanzado los 365,5€ este año, superior a 100 euros más.