El 6 de Agosto de 1945, un mensaje a la población estadounidense del Presidente Truman anuncia el lanzamiento de la primera bomba nuclear con uso no experimental sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, “Little boy”, que en escasos 5 segundos vaporizó, carbonizó e incineró a más de 120.000 personas en un radio de 10 Km. arrasando el 92% de los edificios de la ciudad. En media hora una lluvia negra mostró los primeros efectos radioactivos que hasta la fecha añaden 400.000 víctimas (200.000 mortales) a las víctimas directas de la explosión.
Con este mensaje Truman reconoce la autoría del crimen a la humanidad y advierte a Japón: “Pero este no es el final, con esta bomba hemos añadido una dimensión nueva y revolucionaria a la destrucción […]Si no aceptan nuestras condiciones pueden esperar una lluvia de fuego que sembrará más ruinas que todas las hasta ahora vistas sobre la tierra.” Tan solo 3 días después, el 9 de agosto, la ciudad de Nagasaki fue blanco del segundo ataque nuclear de la historia.
Albert Einstein – sabiendo que su advertencia a Roosevelt sobre la investigación nuclear del ejercito nazi fue la que alentó el Proyecto Manhattan – se avocó al activismo por el desarmenuclear y en su intervención televisiva para la BBC advierte de los riesgos de las armas nucleares y apela a la cooperación pacífica entre seres humanos: “hemos sido incapaces de librarnos de la mentalidad creada por la guerra. Es imposible lograr la paz, mientras cada acción es decidida pensando en un posible conflicto futuro.”
LUCHA DE INTENCIONES
La ciudad de Hiroshima conmemora anualmente a las víctimas de un suceso bélico que no debe repetirse, hoy el tañer de su campana clama también por la desnuclearización civil.
Tras 72 años de este episodio final para la 2ª guerra mundial, el panorama internacional dista mucho de un escenario de paz: guerras preventivas, hambrunas, negación de derechos fundamentales de las personas en todas las latitudes, tensiones crecientes con Irán, China, Rusia,… planes militares Olímpicos “sembrando” azoteas londinenses con misiles, apropiación del espacio mediante el proyectado Escudo Antimisiles de la OTAN, uso de“Drones” como forma de guerra aséptica teledirigida y sin intermediarios…
Mientras, el espejismo de un planeta “de usar y tirar” se hace latente con la llegada a Marte de una nave, como si fuera posible abandonar la Tierra para todos o estuviéramos dispuestos a dar por perdida esta primera civilización planetaria.
No nos cabe duda de que asistimos a la expresión más grosera de la violencia sin cortapisas que obedece a intereses muy poderosos: el complejo militar-industrial, corporaciones financieras, agrupaciones racistas, nacionalismos radicales, fundamentalismos, mafias…
Paralelamente los pueblos emergen reclamando un cambio de conciencia y el abandono definitivo del modelo económico de destrucción. Urge encontrar escenarios compatibles con la vida digna de todas las personas, porque, hoy más que nunca, el futuro será de todos o no será.
Desde Mundo sin Guerras y Sin Violencia reiteramos nuestras exigencias a los gobiernos de este planeta:
- · El desarme nuclear a nivel mundial
- · El retiro inmediato de las tropas invasoras de los territorios ocupados.
- · La reducción progresiva y proporcional del armamento convencional
- · La firma de tratados de no agresión entre países y
- · La renuncia de los gobiernos a utilizar las guerras como medio para resolver conflictos.
Es la expresión mayor de la violencia en la historia humana y el símbolo de la locura, el miedo y la barbarie. esta claro que todo el sistema actual basa su equilibrio en este armamento, desde ahí se manipula y se controla, dejando el poder en mano de los mismos ganadores que lo controlan. ¿Como cambiara esto? será que algún día se agotará en si mismo, será que terminemos destruyéndonos unos con otros… en todo caso, estoy muy de acuerdo los puntos arriba mencionados, creo que sea lo sea que pase, lo mejor que podemos hacer es concienciar, crear e imaginar un mundo sin violencia. gracias.