Se y reconozco con total convencimiento, que en
ocasiones, dejas de hablar con la boca para hacerlo
con la mirada.
Cuando estoy contigo, me siento río y viento en
la noche romántica, eres como la melodía de una
canción que atrapa los sentimientos más ocultos.
Te contemplo como la reina del alba y lucero de la
noche dándole cobijo a las estrellas errantes.
Aquel afortunado día que nos presentó, al mirarme
comprendí que la vida tomó un sentido nuevo.
¡Te quiero, pero no está en mi deseo, tener corazón
de candela!!.