Caen gotas mojadas sobre el rostro cansado, ellas
se muestran desnudas humedeciendo el alma…
¡La lluvia en su caer incesante, moja el amor, pero
el candor de los besos permanece vivo!!.
Hay quien aparece usando un atajo, para desnudar
el alma con lentitud, y más tarde compartir esa
unión con pasión sin recato alguno. Al despertar,
apreciamos que nuestra alma estaba inundada.
En ocasiones, al partir se suele dejar olvidado un
suspiro, siendo el mismo, un signo de identidad que
sirve para confirmar la fugaz visita.
¡Debemos dormir al amparo de la luna y despertar
con el sol del amanecer!!.